
No puedo dedicar este libro a una sola persona; sería injusto e imprudente.
Quiero dedicarlo a toda esa gente que se ha perdido en algún momento de su vida, que ha conocido a alguien que les complementa tanto como Bruno a Gabriela, que ha padecido algún
suceso traumático en su vida o que, simplemente, quiere recuperarse del naufragio que sufrieron.
Quiero dedicártelo a ti, que luchas cada día por
sobrevivir; a ti, que te esfuerzas por encajar en este mundo incoherente; y a ti, que has perdido el control de tu propia vida y de tu mente. Te lo dedico a ti para que esta historia te ayude a recuperarte, tanto a ti cómo al control de tu vida, como hizo conmigo.